Recompensa anónima en Pitillas para el trabajo de unos vecinos
Fuente: Diario de Navarra.
- Una persona anónima dona 500 euros para agradecer la labor de 18 vecinos de Pitillas por arreglar el atrio de la iglesia y la ermita de Santo Domingo
- Todo aquel que colaboró al menos un sólo día estaba invitado a la comida, que se celebró el sábado
Las buenas acciones siempre tienen su recompensa, aunque ésta a veces sea inesperada. Así ha ocurrido en Pitillas, donde un vecino anónimo ha donado 500 euros como agradecimiento a la labor desinteresada que 18 vecinos de la localidad han realizado para arreglar el suelo del atrio de la iglesia.
Pilar Ayerdi Otano, vecina de Pitillas y feligresa, fue la que recibió el dinero. "Me encontré con la persona que me dio el dinero, un vecino que vive fuera, y me dijo que quería hablar conmigo. Esa misma tarde vino a mi casa y me contó que estaba muy sorprendido por el trabajo que estaban haciendo varios hombres del pueblo para arreglar el suelo del atrio de la iglesia. Además, algunos de ellos también arreglaron el año pasado la ermita de Santo Domingo. Esa personas también había visto lo bien que había quedado la ermita. Como él no les podía ayudar quiso colaborar entregándome 500 euros para que hicieran una comida todos aquellos que hubieran colaborado al menos un día", recuerda Ayerdi emocionada, que asegura que la entrega del dinero le cogió por sorpresa. "No me lo esperaba para nada. Ha sido una persona muy solidaria con el pueblo. Toda la historia es muy bonita, porque ves que todavía quedan personas dispuestas a hacer cosas por el bien del pueblo y otras que lo agradecen", asegura sin perder la sonrisa de la cara.
UNA OBRA DESINTERESADA
Desde el 6 de octubre hasta el 23 de febrero, 18 vecinos de Pitillas han estado arreglando el suelo del atrio de la iglesia debido a que llevaba tiempo en muy mal estado. "Había unos pinos que habían levantado toda la pavimentación y era muy peligroso porque era fácil tropezarse", explica Amador Jiménez Herrero, alcalde del municipio y uno de los voluntarios. Los voluntarios se pusieron manos a la obra dos días por semana siempre y cuando sus compromisos, personales y profesionales se lo permitieran. Todos los viernes y sábados por la mañana desde las 9 hasta las 12.30 horas han estado levantando todo el suelo, cambiando las losas y haciendo una rampa para que a las personas mayores les sea más facil acceder a la iglesia. "Les daba igual la temperatura que hiciera, si llovía o no. Han estado todos los fines de semana y la constancia ha sido su mayor virtud", asegura Ayerdi.
El párroco, Ignacio Urdangarín, reconoce que la parroquia no hubiera podido afrontar una obra como esta. "Cuando llegué al pueblo como párroco, algunos vecinos ya habían hablado para arreglar el suelo, pero la parroquia no tenía dinero para llevar a cabo semejante obra. La iglesia ha pagado los materiales que eran necesarios, pero contratar esta reparación con una constructora no hubiera sido posible", indica el sacerdote, quien también está muy agradecido por la labor.
Jesús Bravo Arizpeleta, vecino de Pitillas y voluntario, ha anotado todas las horas que han estado trabajando y el gasto de materiales que ha habido. "Los materiales han costado 2.959 euros y hemos trabajado 780 horas para arreglar todo el suelo y hacer una rampa para sillas de ruedas y para que las personas mayores no tengan que subir escalones", afirma mirando la libreta en la que anotó todos los datos y en la que guarda la factura de los materiales. Bravo también participó en el arreglo la ermita de Santo Domingo, ubicada en uno de los términos municipales. "Empezamos a arreglar Santo Domingo el 16 de noviembre de 2011 y la terminamos el 5 de mayo del año pasado. En total trabajamos 1.455 horas", prosigue explicando con la satisfacción de haber culminado dos obras.
UNA COMIDA PARA CELEBRARLO
El pasado sábado 23, los que pudieron se acercaron a las 9 horas a terminar la obra. A media mañana, Fermín Martin Azcona, voluntario y concejal del Ayuntamiento, acudió a casa de Pilar Ayerdi, y ella le hizo entrega del dinero. "El sábado comimos todos los que habíamos trabajado. Además también llevamos una tarta a una vecina que nos prestó distintas herramientas para trabajar", explica Martin. A las 14 horas se citaron en un bar del pueblo para comer chilindrón y recordar las distintas anéctodas de la obra, orgullosos de ver cómo alguien había agradecido su labor desinteresada. Varios vecinos de Pitillas les han ido trasladando también agradecimientos por su labor. "Lo hemos hecho de manera desinteresada y que alguien de dinero para que hagamos una comida ha sido una sorpresa", asegura Fermín Martín Azcona.